La voz del Interior – Martes 6 de septiembre de 1994
Cristina Gómez Comini, responsable del espectáculo multimedia «Mosaicos», llevó al escenario del Teatro Real una exquisita conjugación de danza, teatro y poesía. El gran coreógrafo George Balanchine solía reflexionar acerca de la danza: «No concibo ir al teatro a ver una función de ballet y tener que abrir un programa para entender lo que pasa en el escenario, pues la danza en si misma debe expresar lo que es».
Y el sábado por la tarde la creación de la premiada coreógrafa Cristina Gómez Comini dejó esa exquisita sensación: la danza por si misma expresó todo.
Mosaicos fue concebida como la conjunción de danza contemporánea y poesía, una obra multimedia que transmite un amplio abanico de sensaciones. Patricia Belloni, Ana García, Malena Murúa y Nora Witanovsky, integrante del ballet Danza Viva que dirige Gómez Comini, dieron vida a cada uno de los mosaicos.
La obra de Georgio De Chirico, las musas inquietantes, fue la base para la creación homónima traducida al lenguaje de la danza por Gómez Comini y premiada recientemente en el II Festival Internacional de Danza de Rosario. Tres musas que inspiran diferentes sentidos, cada una a su ritmo, cada una concentrada en su movimiento, sin perder por ello la totalidad.
Una sobre otra, juntas o separadas, transmiten al artista todo aquello que el espíritu necesita para el momento cumbre de la creación. A las musas inquietantes se suman Flujo, Juego, Eco, Fachada I, Nexo, Fachada II, El Otro Gris y Ofrenda. Nueve unidades coreográficas independientes entre si, pero unidas por un mismo hilo interior que las involucran necesariamente con El Viajero, personaje interpretado por Alejandro Ruiz quien además tiene a su cargo las poesías.
La vida inmersa en la marea de la realidad, la relación madre e hija en un eterno devenir, la guerra, el tiempo y la paz, resumen la esencia de Mosaicos. Gómez Comini logra además un excelente mix musical con las creaciones de Laurie Anderson y Philip Glass, The Art of Noise, Jurgen Knipper y Vladimir Cosma.
Conjugar la danza, el teatro, la música y la poesía es una tarea que Gómez Comini sabe desempeñar con un alto nivel de excelencia. Este oficio de mixturar distintas manifestaciones del arte lo aprendió en Mudra la escuela fundada en 1970 por el genial Maurice Béjart. De allí también bebió la esencia del significado de la palabra mudra: gesto, en el antiguo sánscrito. El gesto como idioma universal que destruye las barreras entre teatro y danza, poesía y música, que transmite lo que cada espectador necesita interpretar. Este espectáculo se presentará nuevamente y en el marco de la feria del libro el viernes próximo a las 17:30 hs. en el Teatro Real y el domingo 11 a las 19:30 hs. en el Cabildo Histórico.
Luisa Heredia