La Voz del Interior – Viernes 3 de mayo de 2002
La agrupación Danza Viva estrena esta noche un espectáculo en el que se asocian bailarines, actores y músicos. Punto de fuga? es la tercera y última parte de la Trilogía del Silencio iniciada en 1998 con Sueños de la razón y que en 2000 continuó con La voz del ángel bajo la dirección de la coreógrafa Cristina Gómez Comini.
La realidad dictó el tema y la posibilidad de producción. “Partimos de lo que nos pasó este verano durante el desmoronamiento del país. La sensación que había en el aire era: vamos a esperar hasta marzo, vamos a ver qué pasa; esperemos que la cosa mejore, esperemos que cambie y, mientras tanto, mirábamos para arriba como esperando algo de las autoridades o de Dios. Mientras tanto, la vida transcurre”, dice la coreógrafa.
Con respecto al lenguaje de la danza, la espera se ve aunque el planteo no es lineal. “Una de las cuestiones de la danza es que no es literaria; tiene poder de síntesis. Con una serie de movimientos asociados se pueden decir muchas cosas. Este espectáculo es de danza, teatro (entendido como movimiento sin texto) y música en vivo. Entre las otras cosas que pasan en la obra aparece la relación hombre-mujer y en general. El perfil no es dramático”, explica.
Para Punto de fuga? Gómez Comini aprovechó a los actores de características físicas personales muy diferentes. “Lo interesante es que ellos son cuatro hombres que hacen un esfuerzo por encontrar un lugar dentro de ese lenguaje; buscan entrar en un código que no es el propio. Cuando las bailarinas están solas, se las ve en un mundo sin interferencias”.
“Es la adecuación a un ritmo interno que tiene el movimiento con su duración. Estamos ligados a una pauta musical”, señala Ana García.
“Para los actores la acción se justifica desde una intención, una emoción. En cambio acá también se parte de la necesidad rítmica. Cuando encontramos las emociones tenemos que entrar en la música. Para mí fue un aprendizaje fabuloso”, dice Bertone, que ve en la obra un homenaje a la mujer.
“Desde el ser mujer nos miramos a nosotras y a los hombres. Las imágenes del hombres, dentro del espectáculo, no son las que un hombre tendría de otro hombre”, dice Gómez Comini.
Y ahora qué
Si bien la danza no se ocupa del componente narrativo, para la coreógrafa el tema de la espera está asociado a la posibilidad de huir, al escape, a decir “basta”, “abandono este país”, “me voy a otro”… “En lo personal, me gustaría que las partes del programa tuvieran la forma de los miles de cartas que he escrito desde que estoy acá, donde se dicen cosas como: “Tenga a bien considerar…”, “En espera de una pronta y favorable respuesta…” Estoy cansada de hacer notas a los funcionarios pidiendo que me presten esto, si por favor podemos hacer tal ciclo, de pelear, de pedir, que es una forma de espera. Siempre estamos haciendo el esfuerzo”.
“La respuesta, ¿viene de arriba o de abajo?¿Se trata de sembrar o de esperar que nos caiga?”, se pregunta Bertone.
Según Gómez Comini, un punto de fuga es una ilusión porque a medida que nos acercamos, se aleja. “Como en Danza Viva. Cuando empezamos hace 10 años pensábamos que si seguíamos trabajando así íbamos a lograr un subsidio permanente, algo mínimo; siempre se pensó que en algún momento íbamos a poder vivir de esto, que iba a haber un reconocimiento, que íbamos a poder mostrar nuestros trabajos afuera, cosa que nunca ocurrió porque llegaron las invitaciones y no teníamos el dinero para los pasajes”, comenta Ana García.
“Al título le agregamos el signo de interrogación. Este momento en el que tanta gente se va, me hace pensar. Los que hemos vivido mucho tiempo fuera sabemos que a menos que uno tenga algo muy definido, es muy difícil estar afuera. Es duro hacerse una vida en otro lugar. Si los que nos fuimos hace 20 años con algo (N.de la R: Gómez Comini vivió 10 años en Bélgica, en la escuela de Maurice Béjart) tuvimos que luchar por conquistar el espacio que uno cree que le corresponde, me imagino ahora. La fuga puede resolver momentáneamente una situación, pero no solucionarla. Nos planteamos entonces si hay que escapar (interiormente) para solucionar algo”.
Con variaciones
La reunión artística de Danza Viva ha sido excepcional. Durante 10 años la calidad y el trabajo fueron el compromiso de un grupo que además se sostuvo por los afectos. Con respecto a la obra que estrenan esta noche, hubo un cambio, a partir del curso que Natalia Bearzotti dio a la compañía. “Natalia estuvo becada en Francia y encontró un tipo de trabajo relacionado con la improvisación en escena (hay una línea actual de interpretación, de la que el venezolano David Zambrano es representante).
El trío de Laura Dalmasso, Laura Fonseca y Mariana Gorrieri trabaja algunos elementos”, explica la coreógrafa.
“Al principio Cristina (Gómez Comini) nos daba la serie de movimientos y ella armaba las frases. Cada vez más ha ido dejando el movimiento abierto a las propuestas de los bailarines. En esta obra se verá eso”, concluye Ana García.
Interpretan Punto de fuga?, Ana García, Laura Dalmasso, Laura Fonseca, Mariana Gorrieri y Jorge Lera; los actores invitados, Ricardo Bertone, Pablo Altamirano, Lalo Orellano y los músicos Juan Carlos Pinzani (saxo y flauta) y Aníbal Borzone (percusión). Guión, dirección general y coreografía, de Cristina Gómez Comini. El diseño de escenografía y vestuario estuvo a cargo de Darío Pedreira y el de luces lo realizó Carlos Francisco García. Hoy, a las 21.30; mañana, a las 23; domingo, a las 21.30 en la sala Carlos Giménez del Teatro Real. Entrada general,$ 5.
Beatriz Molinari
http://buscador.lavoz.com.ar/2002/0503/Espectaculos/nota94939_1.htm